Cuarenta años después de su desaparición, el caso de la desaparición de Emanuela Orlandi sigue sin resolverse. Y ha llegado hasta el Parlamento italiano, que debate la creación de una comisión parlamentaria sobre este y otros dos casos sin resolver, que han sido fuente de rumores de todo tipo en la sociedad italiana en las últimas décadas.
El de Orlandi es, sin duda, el más destacado. En las últimas semanas, tras la publicación del documental de Netflix ‘Vatican Girl’, el eco mediático y político se ha multiplicado. La propuesta, lanzada por algunos senadores, como Carlo Calenda, buscar “presionar” al Vaticano para que entregue toda la documentación que tiene sobre la desaparición de la joven. “Es difícilmente creíble”, señala Calenda, que la postura oficial de la Santa Sede sea la del total desconocimiento. Como se recordará, hace unos meses el Vaticano admitió trabajos en el Cementerio Teutónico para buscar los restos de la joven tras nuevas pistas que se demostraron fallidas, reseñó Religión Digital.
“Somos una gran nación laica que trata al Vaticano con respeto, pero este caso ciertamente no puede considerarse cerrado de esta manera”, señaló ayer Calenda. Orlandi desapareció el 22 de junio de 1983 tras salir del apartamento de su familia en la Ciudad del Vaticano para ir a una clase de música en Roma. Su padre era empleado laico de la Santa Sede.
Los medios de comunicación italianos y la búsqueda de respuestas por parte de su hermano, Pietro Orlandi, han mantenido viva su desaparición como un misterio vaticano perdurable. A lo largo de los años, se la ha relacionado con todo, desde el complot para asesinar a San Juan Pablo II y un escándalo financiero relacionado con el banco del Vaticano hasta el submundo criminal de Roma. El reciente documental en cuatro partes de Netflix explora esas hipótesis.
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