En algún momento de la mañana del pasado domingo 14 de los corrientes sentí las vibraciones de mi celular en el bolsillo de mi guayabera. Presuroso lo tomé y vi la pantalla del mismo, donde pude leer claramente que se trataba de un número privado. Contesté con un “aló” de cortesía e, inmediatamente, resonó del otro lado una carcajada.
—No te asustes, soy yo —me dijo.
Era la voz inconfundible de mi compadre y amigo, el Cumanés.
Arrancó con una frase muy conocida: “Lo prometido es deuda. Te dije que te contactaría para relatarte la segunda parte de la historia de la Homsi, sí, la traviesa Kathy”.
—¿Crees que pudiéramos encontrarnos en el parque Andrés Eloy? Ese que está al frente de donde vive nuestro amigo Guzmancíto.
Pasada una hora nos encontramos en el sitio acordado y comenzamos nuestra caminata-charla por los predios del parque, por cierto, muy bien cuidado, sobre todo lo referente a los campos de fútbol.
Mi compadre es un hombre que no se anda con rodeos, así que comenzó de una vez el relato prometido.
—Te dije la última vez que la Gobernación se había convertido en un antro de corruptelas e infidelidades. Pues bien, la traviesa Kathy no pierde el tiempo en pajuatadas. Luego de su separación del esposo —asumo yo— el desenfreno ha sido total: cuentos de amoríos que no me constan y, por lo tanto, no los detallaré por ahora. Lo que sí tengo son denuncias de empresarios serios que la acusan de extorsión y chantajes, así como de obligarlos a facturar con sobreprecios y exigir que todos esos montos demás les sean entregados en divisas y en efectivo.
El encargado de esta tarea es su hermanito, quien se ocupa de todas las compras de la institución para todo el estado. No existe una compra que no esté autorizada y ejecutada por la banda Homsi, asunto que no es de extrañar, ya que los hermanitos tienen una relación muy cercana con el recién defenestrado director de Polianzoátegui, Power Cano.
Por cierto, ¿sabías que esta niña traviesa fue detenida y llevada por funcionarios del DGCIM a su sede para ser interrogada? Pues en el celular del comisario apresado presuntamente había una serie de conversaciones que hicieron presumir a los funcionarios que podía existir cierto tipo de conexión con lo investigado. Lo cierto es que, al cabo de algunas horas, fue liberada gracias a la mediación de una alta autoridad regional, luego de vivir momentos de tensión e incertidumbre en su círculo más cercano.
Esta niña ha acumulado tanto poder y tanta corruptela a su alrededor que el mismísimo gobernador ya no sabe qué hacer con ella, a sabiendas de que podría terminar salpicándolo y enlodar su gestión.
—Bueno, mi compadrito, debo irme. Usted sabe cómo es su comadre de fregada, ya el almuerzo debe estar listo. Cuando volvamos a encontrarnos, recuérdeme contarle sobre las travesuras de otro personaje. Hay un tema candente por ahí que lo han llamado “Las Casitas Azules de Carloto” y de seguro traerá cola.
No me quedó más que despedirlo y enviarle un saludo a mi comadre.
