La ruptura matrimonial entre Carolina Cortizo Colón, hija del expresidente panameño Laurentino Cortizo (quien gobernó Panamá desde el 1 de julio de 2019 hasta el 30 de junio de 2024), y Juan Manuel Henríquez Portuondo, acaecida hace más de tres años, antes del 14 de noviembre de 2024, fecha en la que se anunció el compromiso de Carolina con una mujer, desató una ola de rumores y especulaciones en Panamá. El matrimonio se había celebrado el 12 de julio de 2014. Si bien el foco mediático se centró en la posterior relación sentimental de Carolina Cortizo y su anuncio de compromiso con otra mujer, una narrativa más oscura y menos comentada se tejía en los círculos de poder: la del supuesto «alivio» financiero otorgado a Henríquez durante la separación.
Juan Manuel Henríquez y Carolina Cortizo
Según fuentes, y como lo comentó en redes sociales el perfil periodístico «Así Están las Cosas«, se especula que el silencio de Henríquez respecto a la vida personal de su exesposa, específicamente en lo tocante a su orientación sexual, habría sido «comprado» con una serie de favores y prebendas. Una suerte de pacto no escrito, orquestado, presuntamente, desde las altas esferas del poder, durante el mandato de Laurentino Cortizo. El objetivo: evitar un escándalo que pudiera empañar la imagen de la familia presidencial y, por extensión, la del propio mandatario.
Laurentino Cortizo
Algunos críticos ven en esta situación un claro indicio de cómo el poder político y económico se entrelaza con los asuntos personales, utilizando los recursos del Estado como moneda de cambio para silenciar verdades incómodas. La «compensación» a Henríquez, un oscuro velo que se extiende sobre la transparencia que debería caracterizar a un gobierno democrático.
Henríquez: De yerno presidencial a operador en la sombra
Juan Manuel Henríquez
La figura de Juan Manuel Henríquez, antes yerno del expresidente Laurentino Cortizo, se vislumbra en la directiva de la Hacienda Santa Mónica, propiedad de Alberto Vallarino. Este último, un empresario con fuertes intereses en el sector turístico, es socio de los Eleta en el ambicioso proyecto Pearl Island, situado en la isla Pedro González. Esta conexión empresarial es clave para entender el supuesto rol de Henríquez como «ficha clave», según un reportaje de la página Tierra de Resistentes, en la trama que benefició a los Eleta en el desarrollo de dicho enclave de lujo.
Durante el gobierno de su entonces suegro, Laurentino Cortizo, Henríquez no se limitó a ser un mero espectador. Se le atribuye haber promovido activamente el jugoso incentivo fiscal de 1.700 millones de dólares destinado a los magnates del turismo, ese río caudaloso de fondos públicos que regó las arcas de empresarios como los Eleta y los Bern, socios de negocios de Alberto Vallarino. Este río de millones, metafóricamente hablando, habría servido para lubricar los engranajes de proyectos de lujo, mientras el país enfrentaba otras necesidades.
Incluso, se asegura que Henríquez asistió a los debates de esta ley en la Asamblea Nacional durante 2019, operando tras bambalinas, cuidándose de no exponerse públicamente. Una presencia discreta, pero influyente, moviendo los hilos desde la oscuridad para asegurar que el flujo de dinero beneficiara a sus asociados.
Viajes y viáticos: La sombra del exyerno en la comitiva presidencial
La cercanía de Henríquez con el poder no se limitaba a los pasillos de la Asamblea Nacional o a las reuniones empresariales. Su presencia se extendió incluso a los viajes oficiales del entonces presidente Cortizo. Según consta en el detalle de viajes y viáticos publicados en el sitio oficial de la Presidencia, Henríquez formó parte de la Misión Oficial a Texas en julio de 2021, cuyo objetivo, al menos en teoría, era atraer inversiones al país.
En este periplo, el entonces yerno viajó como «invitado», codeándose con ministros, oficiales de protocolo y personal de seguridad. Se consolida así el retrato de un personaje que, pese a su maltrecha relación con la hija del entonces mandatario, no perdió su acceso a las mieles del poder, sino que, al parecer, las aprovechó para su propio beneficio y el de sus socios. La ley de incentivo fiscal, aprobada durante el gobierno de Laurentino Cortizo, y que benefició a magnates con una suma millonaria de dólares, se erige como un monumento a una red de favores.
El legado Cortizo: Entre incentivos fiscales y secretos de familia
El gobierno de Laurentino Cortizo quedará marcado, entre otras cosas, por la controvertida ley de incentivos fiscales al turismo. Una ley que, como se ha expuesto, benefició con más de 1.700 millones de dólares a empresarios del sector, entre ellos, las familias Eleta y Bern, vinculadas a Juan Manuel Henríquez. Este «regalo» del Estado, como algunos críticos lo denominan, contrasta con la narrativa de un gobierno preocupado por el bienestar general.
Juan Manuel Henríquez
El caso de Henríquez, el exyerno «silenciado» y «compensado», es solo una pieza del rompecabezas. Un ejemplo, quizás el más visible, de cómo los intereses personales y familiares pueden entrelazarse con las decisiones políticas, generando un ambiente de opacidad y sospecha. La historia de Carolina Cortizo, su matrimonio, su divorcio y su posterior compromiso con una mujer, es el telón de fondo de una trama mucho más compleja, donde el poder, el dinero y el silencio parecen tener un precio, pagadero con el erario público. La narrativa oficial hablaba de atraer inversiones y fomentar el turismo; la realidad, susurrada en los corrillos y publicada en algunos medios, sugiere una historia mucho más turbia y menos edificante.
Carolina Cortizo Colón, hija del expresidente panameño Laurentino Cortizo, deja atrás a su exmarido Juan Manuel Henríquez y busca el amor en una mujer
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