El Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, a través de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), dio un paso clave en su estrategia contra el régimen de Nicolás Maduro al ampliar las sanciones contra familiares y asociados cercanos al poder venezolano. La medida, anunciada oficialmente en el comunicado SB0343, no solo apunta a individuos, sino a la arquitectura financiera transnacional que permite que estas redes sigan operando.
De acuerdo con el Tesoro estadounidense, las nuevas designaciones buscan desmantelar esquemas de corrupción, lavado de dinero y evasión de sanciones que han beneficiado durante años al régimen chavista. La acción forma parte de un esfuerzo sostenido para atacar los mecanismos que sostienen económicamente al poder en Caracas, más allá de las fronteras venezolanas.
El alcance de las sanciones
OFAC incluyó en su lista de sancionados a familiares directos y asociados de Carlos Erik Malpica Flores, sobrino de la primera dama venezolana Cilia Flores y figura clave en el manejo financiero del régimen. También fueron designados familiares de Ramón Carretero Napolitano, empresario panameño que, según el Tesoro, mantuvo vínculos comerciales relevantes con el entorno de Malpica Flores.
Estas sanciones implican el bloqueo inmediato de todos los bienes e intereses en bienes que estas personas posean directa o indirectamente bajo jurisdicción estadounidense, así como la prohibición de realizar transacciones con ellas por parte de ciudadanos y empresas de Estados Unidos.
Más allá de nombres: la estructura financiera
El comunicado del Tesoro es claro en un punto central: esta acción no se limita a castigar individuos específicos, sino que apunta a la red que hace posible sus operaciones. Empresas pantalla, servicios financieros, aviación ejecutiva y registros marítimos aparecen como piezas clave de un sistema diseñado para ocultar beneficiarios finales, mover capitales ilícitos y evadir controles internacionales.
Según Washington, estas estructuras han permitido al círculo cercano de Maduro mantener acceso a recursos, movilidad y servicios financieros pese a las sanciones previas, demostrando que el problema es sistémico y transnacional.
Panamá en el tablero
Aunque Panamá no es sancionado como Estado, la inclusión de un empresario panameño y la mención implícita de su ecosistema corporativo y financiero colocan al país en una posición delicada. El mensaje del Tesoro sugiere que Panamá no es el origen del problema, pero sí puede convertirse en facilitador cuando su sistema es explotado por redes criminales y corruptas.
Esto abre una pregunta estratégica clave: ¿qué hará Panamá para fortalecer sus controles, proteger su sistema financiero y evitar sanciones secundarias? La respuesta será observada con atención tanto por Estados Unidos como por la comunidad financiera internacional.



