Álvarez se apellida un funcionario chileno que ha tenido en Venezuela varios cargos en la administración pública. Llevaría un nivel de vida, gastos y lujos que no van acorde con el discurso socialista. Los lujos se compaginan con viajes a exquisitos y costosos destinos, comida gourmet y vinos de las mejores cavas.
Se escucha que Álvarez tuvo acceso a la intimidad del Centauro de Sabaneta en sus últimos momentos de vida, y así logró meter un paquete chileno calcando una firma ajena.