Redacción: La Tabla/Plataforma de Periodismo de Datos 11 DIC 2025
En una escalada sin precedentes de su presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro, Estados Unidos ha iniciado acciones que configuran un bloqueo naval efectivo contra las exportaciones de crudo venezolano.
La estrategia se ejecutó en dos golpes consecutivos: la incautación militar de un buque cargado frente a las costas de Venezuela, seguida al día siguiente por sanciones dirigidas a desmantelar la flota de mayor capacidad que sirve a PDVSA.
El miércoles 10 de diciembre, fuerzas especiales estadounidenses abordaron y confiscaron el buque tanquero Skipper, un VLCC (Very Large Crude Carrier) que transportaba aproximadamente 1.8 millones de barriles de crudo extrapesado Merey venezolano.
El presidente Donald Trump calificó la operación como la incautación «del petrolero más grande jamás incautado». Un día después, el Departamento del Tesoro sancionó a seis compañías navieras y a sus seis buques petroleros, todos del tipo VLCC, por transportar crudo venezolano.
Los más grandes
Las acciones apuntan deliberadamente a los buques más grandes del mercado. Los seis tanqueros sancionados este jueves —White Crane, Kiara M, H Constance, Lattafa, Tamia y Monique— son VLCC con capacidad para transportar alrededor de 2 millones de barriles de petróleo.
Junto con el Skipper, estos buques representan una porción significativa de la flota de gran capacidad disponible para Caracas.
Un análisis del servicio de rastreo TankerTrackers indica que hay 37 buques tanque sancionados por OFAC actualmente en Venezuela, todos potencialmente sujetos a acciones similares.
Modus operandi y justificación
La operación contra el qqqSkipper revela la metodología. El buque fue abordado por equipos que se lanzaron en rápel desde helicópteros.
Las autoridades estadounidenses justifican las acciones afirmando que el buque era un «activo bloqueado» desde 2022 por formar parte de una red que financia el terrorismo. La Casa Blanca declaró que el petróleo incautado «será confiscado».
Reacciones y consecuencias
· Venezuela denunció la incautación como un «robo descarado» y un «acto de piratería internacional», acusando a EE.UU. de un plan deliberado para apoderarse de sus recursos energéticos.
· Expertos del sector señalan que el objetivo es disuadir a compradores y armadores, reduciendo los ingresos del gobierno de Maduro. La medida ya generó un repunte en los precios del petróleo.
· La oposición venezolana, a través de la líder María Corina Machado, ha respaldado los esfuerzos para cortar los flujos financieros del régimen, coincidiendo con la lógica de las sanciones.
El mensaje es claro: Washington está dispuesto a utilizar su poder naval y financiero para interceptar, incautar y sancionar los buques que mantienen el flujo de petróleo venezolano hacia el mercado global, en lo que se perfila como el bloqueo más contundente a la principal fuente de ingresos del país.