
Redacción: La Tabla/Plataforma de Periodismo de Datos 02 NOV 2025
“Ya veremos qué pasa con Venezuela”. Con esa frase, el presidente Donald Trump respondió a la pregunta sobre una posible acción militar contra el país sudamericano, en un contexto en el que desde hace más de dos meses se especula sobre eventuales medidas de fuerza.
El matiz de la declaración resulta significativo: Trump no dijo “ya veremos qué haremos”, sino “qué pasa”, lo que sugiere que la decisión no depende enteramente de él y que se trata de un escenario condicionado por factores externos. La ambigüedad calculada le permite mantener abierta la expectativa sin confirmar ni desmentir planes concretos.
La declaración la ofreció a periodistas que lo acompañaron en su viaje de regreso desde Florida a Washington en el avión presidencial Air Force One la tarde de este domingo.
Tras esa respuesta, el mandatario giró hacia su eje discursivo habitual: la migración. Acusó a Venezuela de haber enviado “miles y miles, cientos de miles de personas” provenientes de cárceles, instituciones psiquiátricas y con problemas de adicción hacia Estados Unidos, y extendió la acusación a otros países, como el Congo. Según Trump, estas prácticas fueron posibles por la “debilidad” de gobiernos anteriores y, en particular, por lo que calificó como la “peor presidencia en la historia del país”, en referencia a Joe Biden.
En este marco, Venezuela fue señalada como “uno de los peores abusadores” en el supuesto envío de migrantes indeseados. El discurso refuerza la estrategia de Trump de vincular la migración con criminalidad y de responsabilizar a gobiernos extranjeros, al tiempo que utiliza el tema para atacar a la administración Biden.
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