
Redacción: La Tabla/Plataforma de Periodismo de Datos 17 OCT 2025
La salida del almirante Alvin Holsey de la jefatura del Comando Sur de Estados Unidos (SOUTHCOM) no puede leerse como un simple retiro administrativo: los tiempos, las circunstancias y las señales públicas apuntan a un trasfondo de conflicto latente, posiblemente en proceso de estallido.
1. Un mandato inconcluso
El tiempo previsto para un comandante de SOUTHCOM es de tres años. Holsey asumió en diciembre de 2024, pero su retiro está fechado para el 12 de diciembre de 2025, apenas un año después. Lo más llamativo es que el anuncio se produjo dos meses antes de cumplir ese primer año, lo que sugiere una decisión no planificada.
2. Una agenda que seguía su curso
En los días inmediatamente anteriores a su renuncia, Holsey cumplía con normalidad una agenda oficial en Granada y Antigua y Barbuda, parte de un calendario de largo plazo del Comando Sur. La continuidad de esas actividades contrasta con la intempestividad de su salida, lo que refuerza la percepción de que la decisión fue abrupta.

3. Preocupaciones sobre el uso de fuerza letal
Medios internacionales han confirmado que Holsey había manifestado inquietud por las operaciones de interdicción de drogas en el Caribe, particularmente aquellas que implican el uso de fuerza letal contra embarcaciones rápidas. Estas acciones, que han derivado en muertes de tripulantes, colocan al comandante en un terreno delicado de responsabilidad personal y penal. La cadena de mando en tales operaciones no siempre está claramente definida, lo que aumenta el riesgo de que la rendición de cuentas recaiga directamente sobre él.

4. La ausencia de un sucesor
Hasta el momento no se ha anunciado un relevo ni se sabe si había un oficial en formación para asumir el cargo, como ha sido tradición en SOUTHCOM. Este vacío de liderazgo refuerza la idea de que la salida fue sorpresiva y no parte de una transición ordenada.
5. Un contexto de tensiones regionales
La renuncia ocurre en medio de un despliegue naval en el Caribe y de crecientes fricciones con Venezuela y Cuba. En este escenario, la salida de Holsey genera incertidumbre sobre la coherencia de la estrategia estadounidense y envía una señal de inestabilidad tanto a aliados como a adversarios.
Conclusión interpretativa
La renuncia anticipada de Alvin Holsey no es un episodio aislado. Es la manifestación visible de un conflicto entre la lógica operativa-militar y las exigencias políticas de una campaña de interdicción cada vez más agresiva. Su decisión de apartarse puede leerse como un intento de evitar quedar atrapado en la zona gris de la responsabilidad penal y política que generan operaciones de alto riesgo y dudosa legalidad.
El Comando Sur seguirá operando, pero la salida de Holsey abre un vacío estratégico y plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de la estrategia estadounidense en el Caribe.


