Quienes conozcan en Panamá, donde residen, a los fugitivos venezolanos José y Chamel Gaspard Morell, seguramente no creerían que ambos hermanos, acostumbrados a exhibir lujos, y dueños en La Chorrera del imponente centro comercial Las Anclas Mall, se encuentran en bancarrota.
Sin embargo, otro centro comercial, algo más modesto, pero en EEUU, es testigo silente de la desgracia de los hermanos Gaspard, o de al menos, de la debacle económica que, por voluntad propia, se empeñan ahora en aparentar en suelo estadounidense.
Se llama St. Croix Center o Centro Comercial y Residencial Santa Cruz y se encuentra ubicado en la ciudad de Lauderdale Lakes, al noroeste de Fort Lauderdale, en Florida. Desde 2011, los Gaspard son dueños allí de 18 locales comerciales, en la planta baja del condominio.
El centro comercial, situado en una zona humilde y mayoritariamente de población afro, alberga salones de belleza, como Barbie Boss Beauty Bar; el Relax and Cruz SPA o el centro de atención médica St. Croix Medical Group.
A finales de 2014, cuando Golden Plate Investment, Inc., una sociedad fantasma panameña de los Gaspard, suscribió un contrato con IPG, mayorista exclusivo de Lenovo para Venezuela, colocó como garantía los locales de los Gaspard en el centro comercial ubicado en Lauderdale Lakes.
El contrato con IPG -empresa en Doral-Florida- era un acuerdo de nota de crédito rotatorio para anticipos de inventario, por $3 millones, con el que los Gaspard obtenían equipos y accesorios de computación, acreditados por IPG, que luego revendían a la estatal petrolera Pdvsa.
Sin embargo, a finales de 2023, los Gaspard se declararon en bancarrota en Lauderdale Lakes, para evadir el embargo de los locales, debido a una deuda que habían dejado con IPG, por casi 600.000 y que, con la suma de intereses, se había multiplicado con el pasar de los años.
Los dueños de IPG, los esposos venezolanos Yunilda Sabino y Emanuele De Martínez, fallecieron en 2024 y 2025, respectivamente, tras padecer graves enfermedades mientras trataban de cobrarle a los Gaspard la deuda por los equipos de computación destinados a Pdvsa.
En la actualidad, los Gaspard insisten en mantener la bancarrota, para evitar que los hijos que le sobreviven a los difuntos Yunilda y Emanuele, puedan embargar los locales en el St. Croix Center -valuados en más de $2 millones- y cobrar la deuda, reveló @josepgonzalez687.
